lunes, 10 de octubre de 2011

Un Camino Largo

 (Final)


Con muchas preguntas y sin ninguna respuesta. Armando y yo tratamos de tranquilizarnos; al mismo tiempo nos percatamos que la mayoría del contingente militar se había retirado y sólo algunos soldados permanecían resguardando la universidad. Con miedo, incertidumbre y mucha preocupación, nos pusimos en camino hacia nuestros hogares, ya que no podíamos quedarnos en ese callejón para siempre. Lamentablemente Armando y yo no vivíamos por el mismo rumbo, con  un apretón de manos y un adiós  se marchó. "¿Quién diría que sería la última vez que le vería con vida?".

Sin más tiempo que perder me dispuse a regresar a mi hogar, pues ahi estaría más seguro. Mientras caminaba hacia el metro me di cuenta de la presencia de soldados y policías por todas partes. Observé mi reloj, ya eran las 7:20 de la mañana, sabía que tenía mucho camino por recorrer. No lo voy a negar era la primera vez que sentía un miedo inmenso. Al abordar el vagón del metro me sentí más seguro, pues la presencia de policías y soldados en los vagones era nula. Todo parecía ir bien cuando aproximadamente en la estación baldearas el metro se detuvo bruscamente, las puestas se abrieron, e inmediatamente entraron soldados ordenándonos salir y acomodarnos en las filas según nuestras edades.

Impresionado por lo que estaba viendo me paralice, cuando de pronto un soldado me golpeo por la espalda me tomo de la chamarra y me arrastro hasta una fila donde me pidió que me arrodillara y colocara las manos en la nuca, impotente de no poder hacer nada seguí las indicaciones que tan amablemente me había indicado. 

Mientras estaba arrodillado me preguntaba ¿qué demonios estaba pasando? Al mismo tiempo que escuchaba: "vamos a morir, vamos a morir" una y otra vez las mismas palabras. Un señor de aproximadamente de unos 35 años, era quien no dejaba de repetirlas. Enojado y frustrado le pedí que se callara, ya que no había ninguna razón para pesar en morir. Se puso de pie e intentó marcharse, pero aun no avanzaba más de 4 metros cuando se escuchó un disparo, y el señor se desplomo ante los ojos de todos los ahí presentes.
Tratando de asimilar lo que acababa de presenciar se escuchó un: "directo en la cabeza" seguido de unas risas. Temeroso me volvi y observé aún soldado riéndose mientras sus compañeros lo felicitaban por lo que había hecho. Como si el asesinato de una persona fuera causa de risa y felicitaciones.

De pronto se escuchó un grito: "¡Qué rayos estas mirando maldito judío!". Segundos después todo se puso obscuro y perdí el conocimiento...

7 comentarios:

  1. "tranquilizarnos; Al mismo tiempo" si pones punto y coma, no puedes empezar la segunda proposición con mayúscula.

    ResponderEliminar
  2. Todo parecía ir bien, cuando aproximadamente en la estación baldearas el metro se detuvo bruscamente y las... aquí pusiste una frase parentética y te faltan comas.

    ResponderEliminar
  3. El soldado se percato de que lo miraba con rabia y repudio, y grito: "¡qué rayos... no se entiende esta oración.

    Revisa acentos te siguen fallando.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tus comentarios. Ya realice algunos cambios.
    Espero tu opinión.

    ResponderEliminar
  5. (¿Quién diría que sería la última vez que le vería con vida?). Aquí, recomendaría que cambies los paréntesis por comillas.

    ResponderEliminar